BIOTECNOLOGÍA (ORGANISMOS TRANSGÉNICOS)

La domesticación de plantas y animales útiles al hombre transformó radicalmente a las sociedades humanas. Los métodos convencionales de mejoramiento de plantas y animales, por medio de la fertilización cruzada y la selección, han permitido desarrollar variedades y razas con grupos de características particulares. Fue a través de estas cruzas controladas y la selección gradual que el ser humano transformó organismos silvestres en los cultivos y animales domésticos que hoy conocemos. Esta manipulación provocó que esos cultivos, e incluso tales animales, sean dependientes de los cuidados de los humanos para su propagación y sobrevivencia.
    
Un aspecto que ha venido a revolucionar la forma de propagar y mejorar genéticamente plantas y animales es la biotecnología. La biotecnología o ingeniería genética consiste básicamente en transferir genes –con características deseables– entre especies que de manera normal no pueden cruzarse. Los tipos de características usualmente transferidas a cultivos transgénicos son: propiedades insecticidas; resistencia a enfermedades, a la sequía y a la salinidad; tolerancia de las plantas a herbicidas; tasa de crecimiento más rápida y mayor producción de masa a una tasa más acelerada. La investigación biotecnológica ha posibilitado el desarrollo de variedades de arroz con una combinación de transgenes que llevan a la biosíntesis de la provitamina A y beta caroteno.
A pesar de las maravillas que nos ofrece la manipulación transgénica, varios investigadores han detectado una serie de riesgos potenciales asociados al ambiente con la liberación de organismos genéti­camente modificados (OGM). Por ejemplo, una preocupación relacionada con la contaminación de transgenes es la erosión que potencialmente pueda sufrir la biodiversidad del germoplasma de cultivos tradicionales. Otros de los riesgos asociados con los ogm es que puedan causarle daño a insectos benéficos o a especies que no se intenta controlar, y con esto disminuir la biodiversidad y alterar en diferente medida las comunidades bióticas y los ciclos biológicos. Un artículo pionero que alertó a la comunidad científica sobre el riesgo potencial de los ogm es el de Losey et al. quienes reportan el efecto negativo del polen de maíz transgénico para la sobrevivencia de larvas de mariposa monarca. Sin embargo, otros trabajos no han corroborado dichos resultados.
    
Dos tipos de cultivos genéticamente modificados se han desarrollado a la fecha: los resistentes a herbicidas y los que contienen toxinas bacterianas o cultivos Bt (Bacillus thuringenesis). Los primeros permiten utilizar cualquier tipo de herbicida sin matar al cultivo de interés. Los Bt contienen genes de bacterias que producen toxinas que son letales para algunos insectos plaga. Sin embargo, ambos tipos de OGM han mostrado un efecto negativo en otro tipo de especies.

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